miércoles, 20 de agosto de 2008

Memo a un tercero...

Cuando la culpa no te deja vivir y se mete hasta en tu cajón de los chones para recordarte que sigue ahí, alerta, esperando el momento en el cuál atacar con un objeto, una palabra que nos mande en inmediato a un recuerdo de la persona a la cual herimos.

Hoy tengo necesidad de disculparme con alguien, lastimé a una persona que entregó mucho amor aunque poco tiempo, y con esto no intento excusarme ni aminorar las cosas, solamente explicar un poco el panorama de aquél entonces.

Le mentiría si le dijera que él no la quería porque sí lo hizo...y sigue haciéndolo, sólo que no de la manera en que ella espera. Yo no tengo la culpa de su rompimiento, yo no lo pedí, e incluso estuve en desacuerdo al inicio; él dijo vivir una situación que no le gustaba, no sentirse cómodo con lo que tenía, dijo estar un tanto inseguro y creo que esa tercera persona, quién espero esté leyendo esto, sabe los motivos por los cuales él dijo adiós.

Las cosas entre nosotros sucedieron rápido, no puedo asegurar si fue la distancia, novedad, u otra(s) circunstancia(s). Yo no quise lastimarte, en verdad, lo de ustedes no caminaba bien antes de que yo entrara en su vida y no es excusa, lo sé, y también sé que el que te digas estas cosas no hará que dejen de dolerte, pero al menos intento explicar un poco lo que sucedió.

Todo inició como pasatiempo, el fin de semestre y el exceso de internet siempre van de la mano, muchas veces necesitas hablar con alguien para escapar un poco de los deberes escolares...y a veces las personas al otro lado necesitan un poco de locura y desvaríos para sobrellevar la monotonía del día a día... ninguno de los dos pensó que tanta charla terminaría así.

El tiempo de volver a casa llegó rápido y con ello una promesa de vernos, y no es que hubiésemos planeado nada, simplemente teníamos curiosidad de ver a alguien que conocimos más por medio de una pantalla que estando de frente. Después de esa salida vino otra, y mayor contacto, más cercanía...las cosas se dieron, no puedo decirte otra cosa...sólo se dieron, y lamento que terminaras herida, en verdad lo lamento.

Yo no entré a terminar tu relación con él, estaba rota desde hacía ya algún tiempo...era cuestión de encontrar el detonante...

Discúlpame, en verdad no fue mi intención hacerte esto, Cira.

Sé que esto se leerá horrible y probablemente querrás asesinarme, pero tengo la seguridad que no has perdido a nadie, mejor dicho, ganaste un amigo y créeme, muchas veces los amigos se convierten en los grandes amores de tu vida, y tienen muchas ventajas pero una de las más importantes es que los verdaderos amigos duran por la eternitud...

Probablemente esto no te haga sentir mejor, mas sólo buscaba que alguno de tus porqués fuera resuelto en esta entrada. Lo siento.

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