domingo, 4 de septiembre de 2011

Vestigios

Yo estoy enamorada de un hombre que es y no, de una contradicción. Yo amo a un tipo que camina por las calles de la gran ciudad mientras su mente se pasea (y pelea) entre tesis de maestros.
Yo tengo parte de mi corazón dado a un ser que no quiere estar conmigo porque está con él... y con otra, pero no me importa, porque aunque me engañara sola por momentos, desde que le dije 'me equivoqué, regresemos' y él se negó de inmediato, sabía que lo que quise alguna vez que fuera no volvería a tener oportunidad.
Yo odié a un chico que aún amo con todas mis fuerzas, ¡Tan común y tan contradictorio!
Me alejé de mi Eloísa y ahora es a él a quien le escribo. Él sabe porqué me fui, está enterado que lo único más imposible que salir de su vida era permanecer en ella, así que huí para no asfixiarme. Estoy aprendiendo a respirar.
A veces pienso que debo volver a la playa y pedirle a su amiga gaviota que vaya para sacarle del baúl de los recuerdos una sonrisa, pero sé que el ave ya no estará donde la vi por última vez y desconozco dónde guarda esa memoria.
Tuve muchas ganas de gritar su nombre y después la frase ¡Te odio! pero no pude, en lugar de eso me salió un susurro, un grito de desesperación y la afirmación simple: Te conozco.
También hay momentos en lo que recuerdo lo que quería de él e imagino que me lo entregó, porque después de todo, a pesar de que no tuve lo que quería tengo la certeza de que tuve lo que pudo y quiso darme.
Estoy esperando a que baje la marea para descubrir si me arrojaré al mar o escaparé a las montañas... siempre quise una cabaña solitaria.
Lo último que le dije fue: ¿Ya sabes, no? sin un adiós de por medio. Lo hice porque él ya sabía.
Mi última noche a su lado decidió plantarme, qué maldito, ¿cierto? Talvez es porque no quería despedirse o no era importante para él hacerlo. Es un desconsiderado, pero es lo supe casi de inmediato que lo conocí, no sé porqué me tomó tan de sorpresa.
Sigo amando al hombre que me ha hecho ver sus defectos y ha desbaratado la imagen que tenía de él... para mal en todas las ocasiones, pero aún con todo lo quiero porque es humano.
Amo a un asesino, autor intelectual del crimen que a diario cometo: Por él fue que llegué a la conclusión de que algo/alguien debía morir para que este amor pudiera continuar sin hacer daño, así que me arrojé al fuego sin pensarlo, como Nanahuatzin.
Sí, amo a un monstruo. Un monstruo de verdad, un sádico, de esos que hacen daño y no sienten remordimiento ¿y qué tiene? El hecho de que lo ame no significa que siga parada imaginando cosas que no van a suceder. Lo amo y por eso me alejé de su vida, para poder amarlo sin que pudiera detenerme, sin escuchar y ver como trataba de impedirlo haciendo estupideces.
Yo quise ser 'la otra', pero al terminar el juego fui y sigo siendo yo y eso no es algo de lo que muchas personas puedan presumir, así que me siento complacida.
Pienso que no voy a cerrarme al amor, pero no quiero pensar en una historia como la que imaginé con el soldado de Vietnam , quiero algo aventurero que no tenga que ver con tiburones ballena en Mozambique ni algo que termine con un par de gemelos y una niña hermosa. Quiero eso que no sé como se llama pero sí como se siente. Iré a buscar pistas de lo que fue a San Juan de Ulúa para después arrojarlas al mar.
Y si vuelvo a Velódromo, Puebla o cualquier estación que me recuerde esos rumbos, será sólo porque me apeteció dar un paseo para re pensar lo que sólo recuerdo.
Yo estoy destinada a amar a muertos, tal vez les quito la vida antes de que me 'obliguen' a quitarme la mía... no sé, mejor iré a comer mariscos a la playa o a comprar nieve de sabores distintos, como yo: exóticos.
La fruta de la selva, la chica de sur vuelve a quitarse las ropas pero ya no del cuerpo, sino las del alma, sin temor a que se ensucien pues cubierta o no, esas manchas son siempre visibles. Estoy avergonzada, no lo niego, muchas cosas las hice pensando de forma egoísta y tramposa, pero ya obtuve mi 'recompensa' por eso.
Me cansé de 'jugarle al tonto' y de esperar señales. Ya es tiempo de dejar atrás la mitología griega y quedarme sólo con la filosofía, después de todo ese ídolo resultó de barro pintado más que de oro y aún si fuera así ya aprendí que quiero cosas reales, por eso vivo mi amor así, sola, conmigo.
Pues te dejo, aunque no me leas. Porque aunque diga que te he echado del camino me da la impresión de que una parte de ti sabrá de esto al pasar por la última estación del metro en que nos vimos, si es que aún usas el metro y si no, pues felicidades, que bueno que ya tengas Tonchismóvil, es un gusto saber que ya ni por error llega mi persona a tu mente.
Te dejo, de nuevo. ¿Ya sabes, no? Tengo una vida que estoy construyendo a mi lado.

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