domingo, 3 de junio de 2012

El momento

Una sabe cuando es necesario maquillar las cosas, esconder verdades a medias. Una sabe cuando es momento de tomar las palabras y hacer frente a las verdades enteras. Una sabe cuando es necesario sacar lo que se desea, pues bien, yo deseo imperiosamente cogerte. Tengo ganas de romperte las piernas y bailar usando tu cuerpo, tengo ganas de tenerte por el simple deseo de posesión. Quiero que seas mío por simple vanidad. Tengo ganas de sacar mi lado animal, de escuchar como das vuelta a las preguntas precisas y argumentas justo donde es imposible esconderte mis verdaderas intenciones. Quiero desnudarte lento y cabalgarte rápidamente. El sabor de tu cuerpo y los olores en el ambiente, esta necedad mía de saborear las medias tintas que me llevan a mis propias telarañas. Cama que grita tu presencia, cobijas que desean desaparecer para que ocupes su lugar. La desnudez que oculta el ser le da paso a la ropa, canalla que orilla a que las respuestas de las cuestiones despojen por completo las prendas del deseo. Mantenerse visible para poder seguir oculto. Tengo ganas de morderte el cuerpo, de marcar mi estancia. Quiero sonreír una vez más por el gusto de haberme dado el gusto, de haber aprisionado tu hombría en el calabozo de mi lealtad... hacia mi. Ese antojo irrefrenable de saberte en mi cuerpo, la prueba de que manejo aquello que puedo respaldar como pensamiento lógico, racional. Tengo ganas de pegarte una cogidota que te deje sin ganas de caminar. Cógeme sin más. Déjate coger, comparte el sabor a guaraná.

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